Entrevista con Norma Guevara
Conociendo a nuestro Jurado
"Cuando el cine se convierte en industria, en negocio, la mujer desaparece"
ENTREVISTA CON NORMA GUEVARA
Norma Guevara es programadora, traductora, comediante y directora de escena cubana y residente en París. También ha vivido en los Estados Unidos, Canadá y España. Ha trabajado para el Festival Internacional de Cine Femenino de Créteil durante 20 años, impulsando la creación de mujeres directoras por todo el mundo. Conoce muy bien varios festivales de cine internacionales y su voz no podía faltar en este Certamen dedicado a Cuba.
Usted que ha trabajado tantos años en el Festival de Cine Femenino de Créteil, ¿Por qué es necesaria una plataforma así, sólo para mujeres directoras?
Es importante para cualquier director que su trabajo pueda llegar al público, se pueda exhibir, tanto si es un hombre como si es una mujer. Este festival es específico, como lo son otros, y tiene 40 años de historia. Ha servido como lanzamiento de muchas directoras que han empezado con su primer corto y después han logrado un futuro en el cine. Cada festival tiene su historia. Este es una ventana abierta a las directoras. Otros son específicos en sus temáticas, es una manera de enfocarlos. Eso no significa que todos los proyectos que llegan sean interesantes. Ocurre lo mismo con los cortos o los largometrajes, tienen interés unos u otros independientemente de su formato. Con el cine hecho por mujeres pasa lo mismo. Pero lo cierto es que es un festival importante.
¿Qué momento vive actualmente el festival?
Nació en una época de lucha social, después de Mayo del 68. Desde entonces, muchas mujeres directoras han enfocado su trabajo en otras mujeres a las que la historia había olvidado o en temáticas o regiones a las que no se les había prestado atención, como África o Hispanoamérica. El festival ha pasado por momentos bajos también, pero ahora ha vuelto con fuerza, se ha puesto de moda. Hay muchos otros festivales, por ejemplo, en Estados Unidos, en los que el enfoque es el del empoderamiento de las mujeres. Lo bueno de Créteil es que se muestra el trabajo de las mujeres hagan lo que hagan y no siempre el foco está donde se considera que debe estar.
Usted que conoce muchos festivales y los entresijos de la industria del cine, ¿es real el incremento de las mujeres en el sector?
No creo que haya más mujeres trabajando en el cine. En las escuelas, la ratio de mujeres es del 50%, el problema después es trabajar. Las mujeres siempre han hecho cine, de hecho, el primer cineasta de la historia fue mujer. El problema llega cuando el cine se convierte en industria. Ahí la mujer desaparece. Los números están ahí, de un 50% en las escuelas a un 20% en la producción.
"Cada festival tiene su historia. Este es una ventana abierta a las directoras. Otros son específicos en sus temáticas, es una manera de enfocarlos”
¿Las mujeres hacen un cine distinto?
Son detalles sutiles y quizá también en las temáticas que tratan. También se nota en la manera de trabajar, pero creo que tiene más que ver con la falta de medios que con otras cosas. De ahí que el cine hecho por mujeres se enfoque más hacia el documental, a obras más pequeñas.
Usted fue la impulsora del Festival de Cine de Mujeres Network. ¿El proyecto no cuajó?
Ha habido muchos intentos de crear una red de intercambio de películas, de subtitulación, de ideas, de reuniones de directoras de distintos puntos del mundo, pero es complicado. Digamos que se ha avanzado, pero no se ha llegado a donde se quería.
¿Cómo ve el presente y futuro de los cortometrajes?
En Francia el impulso a los cortos es grande, desde hace 40 años, tienen un público. Durante mucho tiempo se ha proyectado un corto antes que un largo y también había espacios en la televisión. Es importante que tengan espacios para que haya un mercado del corto y también que no exista en las competiciones una sección de cortos de ficción o documentales. Lo importante es descubrir en el corto una sensibilidad especial de su creador y no siempre se percibe así. Hay festivales en los que el premio es muy importante para lanzar la carrera de un director o directora y en otros no ocurre así. Lo que llama la atención de los cortos españoles es que, a menudo, están protagonizados por actores consagrados. Luego está la duración de los cortos, que pueden ir desde un minuto a más de 45. A mí me gustan los más cortos, porque creo que es un ejercicio de contar una buena historia en un tiempo reducido.
¿Y qué me dice del cine cubano actual? ¿Está al tanto de lo que ocurre en su país?
Conozco bien el cine cubano, aunque yo empecé en el teatro. No he trabajado de manera oficial, pero sé que hay un movimiento interesante ahora mismo y me hace mucha ilusión encontrarme con compatriotas que se dedican a este mundo.
Silvia Garrote