Entrevista con Sergio Bienvenuto
Conociendo a nuestro Jurado
"Los festivales de cine de Gibara (Cuba) y Soria se parecen, sobre todo por la interacción con la comunidad"
ENTREVISTA CON SERGIO BIENVENUTO
El programador del Festival Internacional de Cine de Gibara y asesor de Jorge Perugorría, encuentra muchas similitudes entre el certamen cubano y el de Soria, especialmente por las actividades culturales que acompañan a las proyecciones, su carácter internacional y la interacción con la comunidad.
Sergio Bienvenuto Solás tiene un apellido que ya delata su relación con el cine. Es sobrino del gran Humberto Solás, uno de los directores clave del potente cine cubano que surgió tras la revolución. Con él trabajó en dos largometrajes y le ayudó en su tarea de poner en marcha un proyecto ansiado por el veterano director cubano: El Festival de Cine Pobre. De 2001 a 2011 lo dirige y asume todo el mando tras del fallecimiento de Humberto Solás. Después hubo unos años en los que se aparta del proyecto y vuelve con la llegada de Jorge Perugorría en 2016. Desde entonces es el programador y asesor del Festival Internacional de Cine de Gibara, ya sin el apodo de ‘pobre’, pero con la misma intención de llevar hasta una comunidad deprimida el cine y la cultura al máximo nivel. En su día fue guionista y ayudante de dirección de los largometrajes de Solás, Miel para Oshún (2001. Candidata al Premio Goya) y Barrio Cuba (2005).
¿Cuál es la filosofía especial del Festival de Cine de Gibara?
Desde un principio se concibió como un festival aglutinador de cine alternativo, en el que se ponía la profesión por delante de cualquier otra circunstancia. Fue el primero en exhibir una película digital en Cuba y sigue siendo referencia para la muestra de cine alternativo, social y cine de autor. Por eso existe el Premio Humberto Solás al cine en construcción y también el premio Lucía, en honor a una de las mejores películas cubanas de todos los tiempos.
La tecnología ha permitido abaratar costes de producción en cine. Aún así, ¿cómo se enfrentan los cineastas a la difícil situación económica que se vive en Cuba?
El uso de la tecnología ha abaratado la producción, lo que permite tener una primera edición y ver si se va a continuar antes de la post-producción. Antes se hacían en Cuba una o dos películas al año y ahora diez, con lo que las nuevas formas de producción están facilitando que el talento de los cineastas se pueda mostrar.
Los festivales de Gibara y Soria ¿tienes similitudes?
Se parecen, primero, por su internacionalidad, y después por la interacción de ambos con la comunidad local. La relación de Soria y Gibara no es coyuntural. Viene de largo, de la conexión con La Boca del Lobo y los excelentes cortos que allí se programaban. Entonces, Aldo Bienvenuto Solás fue jurado y después Javier (Muñiz) ha sido también jurado este año en Gibara, y allí se hizo contacto con Jorge y ha sido el homenajeado de este año y yo, que tengo la suerte de formar parte del jurado de esta edición. Los dos festivales buscan una correlación entre formación y entretenimiento y en ambos casos se celebran en lugares alejados de los centros de poder y de las grandes corrientes artísticas, pero en ellos se fomenta la multiculturalidad, con conciertos, exposiciones, foros… La programación del Certamen de Soria, además, es de alto nivel y es una gran ayuda para Gibara.
¿Qué puede decirnos del nivel de los cortos que están compitiendo este año?
Tanto el nivel de los cortos que en su día se programaban en La Boca del Lobo, como los de 2017 y 2018 en Soria, que son los que yo conozco, ha sido altísimo. Y este año ocurre lo mismo, lo tenemos muy difícil y seguro que tenemos que descartar alguno que también merecería premio.
Usted que es conocedor de la realidad audiovisual cubana, ¿qué momento vive? ¿hay un resurgimiento?
En cada época hay un contexto diferente que influye en el cine que se hace. Ahora, la producción es más barata y hay menos condicionamientos, con lo que los proyectos son más libres. Pero el cine cubano siempre tiene una tradición de compromiso social, de colocar la realidad de lo que ocurre frente a los espectadores; en este sentido siempre ha cumplido un objetivo educativo y social.
"El cine cubano tiene tradición de compromiso social, pone al espectador frente a la realidad”
Las mujeres se incorporan poco a poco a los puestos de dirección en la industria del cine, aunque hay niveles que no se sobrepasan. ¿Ocurre así en Cuba?
En Cuba también ocurre, las mujeres tienen cada vez más presencia, aunque es cierto que las cifras de las directoras de largometrajes todavía son bajas. En los festivales se abordan las cuestiones de género y se tiene una mirada hacia este tema, como se está haciendo en todo el mundo. Últimamente, muchos cortos tienen en la dirección a mujeres, y también en los documentales, pero falta que ellas dirijan películas de ficción, donde es menor la presencia femenina.
¿Qué opina sobre las nuevas plataformas audiovisuales y su papel frente al cine de toda la vida?
El cine tiene que estar con los tiempos que corren. El cine tendrá una larga vida, porque todavía hay mucha gente que queremos verlo. A lo largo de la historia ha evolucionado y sufrido crisis, pero ahí sigue. Lo mismo pasó con los seriales, han evolucionado hacia la calidad del cine, precisamente. Todas las artes plásticas están cambiando y los géneros se nutren y aportan beneficios unos a otros. Creo que algo nuevo llega y seguro que es interesante para el cine también.
Cuba tuvo su época de esplendor cinematográfico y llegó a ser la vanguardia de Latinoamérica. ¿Aquello terminó?
En los años 60, tras la revolución, Cuba vivió un momento de atención de todo el mundo, y el cine cubano estuvo apoyado y contribuyó a ese impacto. Hace años que la atención no se centra en Cuba, es un país con las mismas problemáticas que otros de Latinoamérica. Son ciclos históricos que afectan al arte, pero estoy seguro de que volveremos a tener el mismo nivel.
¿Cuáles son sus proyectos personales? ¿no le tienta volver a hacer películas?
Ahora mismo estoy centrado en la promoción cultural de los cineastas cubanos a través del Festival de Gibara y sus múltiples actividades, como foros, publicaciones y otros aspectos que se han ido desarrollando. Creo que ahí puedo aportar mi experiencia y resultar más útil que haciendo películas, potenciando a los nuevos valores del cine cubano.
Finalmente, ¿cómo está resultando su experiencia en el Certamen Internacional de Cortos de Soria?
Los festivales tienen que ver con los lugares donde se celebran y Soria es una ciudad muy acogedora en la que pasan muchas cosas. Es increíble la diversidad de eventos que tiene el certamen, con salidas, exposiciones, obras de teatro, conciertos, encuentros… Tuvimos uno con los presos comentando los cortos que fue muy interesante. La verdad es que estoy muy satisfecho y contento de estar viviendo esto aquí en Soria
Silvia Garrote