Mane Cisneros, directora del Festival de Cine Africano de Tarifa
Mane Cisneros: “África es una cantera infinita de historias en espera de que alguien las lleve a la pantalla”
La directora del Festival de Cine Africano de Tarifa (FCAT) es miembro del jurado encargado de otorgar el palmarés del XXIII Certamen Internacional de Cortometrajes Ciudad de Soria
SORIA, 17 DE NOVIEMBRE. Mane Cisneros, directora del Festival de Cine Africano de Tarifa (FCAT), es una de las cinco personas junto al montador soriano Alberto del Campo, el actor marroquí Farid Fatmi y las realizadoras Paula Palacios y Elena Molina, que este año tienen la responsabilidad de elegir las mejores obras entre las 50 que compiten en la sección oficial del XXIII Certamen Internacional de Cortometrajes Ciudad de Soria, cuyo palmarés se dará a conocer este sábado día 20 de noviembre en el Palacio de la Audiencia. Aunque más allá de los premios, para Mane Cisneros el papel más importante de festivales como el de Soria o como el que ella misma dirige es ofrecer al público la posibilidad de poder conocer un tipo de cine que habitualmente no llega a las salas comerciales desde países por los que muchas distribuidoras no se atreven a apostar, a diferencia de otros estados europeos, como Alemania o Francia, donde es habitual encontrar filmes “de los cuatro rincones del planeta”, señala. “El espectador español de festivales hace tiempo que manda mensajes a los distribuidores sobre su interés creciente por estas cinematografías, queda pendiente que este mismo fenómeno se traslade a las salas”, concluye.
El propio Ciudad de Soria es un ejemplo de ello en esta edición con la heterogénea presencia de obras de 15 países, entre ellos Egipto (que participa por primera vez), Líbano, Corea del Sur , así como representantes de Europa y América.
“En el fondo estoy convencida de que detrás sigue aún habiendo un cierto miedo a lo desconocido aderezado de unos tópicos que hacen que el distribuidor aún dude” a la hora de incluir filmes de cinematografías poco conocidas en la cartelera española, argumenta la directora del Festival de Cine Africano de Tarifa.
En su caso, insiste, el Festival de Cine Africano de Tarifa nació en un momento en el que “el conocimiento y la difusión de los filmes de África en nuestro país era prácticamente nulo”, apunta, y con “el ánimo de crear una pantalla especializada para éstos y promover su difusión al tiempo que nos servíamos del cine como herramienta para desmontar estereotipos”. Después de 18 ediciones cree que “esas semillas, sembradas con rigurosidad, sacrificio y profesionalidad, han acabado dando frutos y hoy son muchísimos los españoles que saben que también en África se hace cine”, añade.
Los cortometrajes ‘Da yie’, de Anthony Nti, que ganó el año pasado el Ciudad de Soria al Mejor Cortometraje, y ‘Zombies’, de Bajoli, que obtuvo una mención especial, son un ejemplo de una pujante cinematografía africana aunque, en opinión de Mane Cisneros, que haya más o menos obras africanas en la programación de los certámenes no sólo responde a la capacidad de los cineastas, productores y distribuidores africanos e internacionales de mover las películas, “sino también al posicionamiento de los propios festivales” ante estas cinematografías.
El propio público del FCAT, asegura, es un ejemplo de cómo ha madurado en estas casi dos décadas de andadura. “Diría que en general, ha ido despojándose de estereotipos para centrarse en disfrutar de una programación cinematográfica de calidad que permite descubrir realidades del continente africano y de su diáspora contadas por cineastas africanos o afrodescendientes, porque a África siempre se la ha contado con voces ajenas”, recalca. Los primeros espectadores eran originalmente personas vinculadas al ámbito de las ONG que, señala Mane Cisneros, “ha ido consolidándose como un público cinéfilo en búsqueda de una inmersión en otras realidades, otros relatos y otras formas de contarlos”.
Para la directora del FCAT la frase “cada vez más recurrente” de que “el futuro está en África” puede aplicarse también claramente a su cine. “África, como la gran mayoría de los países considerados periféricos, es una cantera infinita de historias en espera de que alguien las lleve a la pantalla”, expone. El cine en África está marcado por un dinamismo y una frescura que puede que comience a faltar en Occidente. Y, eso, “historias, frescura, formas y formatos nuevos” es lo que, en su opinión, puede aportar el cine africano. Sólo falta, apunta, querer descubrirlo y apostar por él.